martes, 3 de junio de 2014

¿Cómo es hoy, 10 de Julio?

Los repuestos de automóviles y el arreglo de estos in situ son la esencia de la calle 10 de Julio y sus alrededores. Es por lo mismo que no hay ninguna calle en Santiago que se le asemeje ni en lo más mínimo. Se extiende desde Av. Manuel Rodríguez hasta su símil en Vicuña Mackenna, dentro de las cuales no hay ni un solo lugar que no exista un local de ventas dedicado al mundo automotriz. El mundo en 10 de julio no para nunca y esto sí que lo saben los vendedores ambulantes que siempre están al acecho de alguna persona que necesite de sus productos. La calle se trasforma en su verdadero local de ventas. Los talleres mecánicos, los hombres con overoles caminando de un lado a otro, interminables risas y la radio Corazón que suena a todo volumen especialmente cuando tocan reggaetón y cumbia, son imágenes características y habituales del barrio.


Los locales que se encuentran en el barrio son de pequeño tamaño y considerando el volumen impotentes de varios repuestos de automóviles, este espacio se ve reducido más aún, es por lo mismo que no es nada de raro ver a los vendedores trabajando codo a codo con los mencionados ambulantes que captan a los automovilistas en medio de la calle, con productos de dudosa reputación. A simple vista se observa que ese es el único recurso que tienen para salvar sus pequeños negocios de los cuales a algunos puede pasar horas y nadie entra a visitarlos, algo que preocupa de sobremanera a los dueños de estos locales. El gran porcentaje de la comunidad de 10 de julio bordea los 50 años, y  ya llevan varias décadas de su vida  en este rubro, el cual ha pasado de generación en generación. Sus días los  pasan  entre repuestos, ventas, mecánicos  y todo esto adornados por varios calendarios de la Bomba4  del diario popular en las paredes de los talleres.

Dentro de toda esta loca carrera por vender focos, vidrios y neumáticos está el quiosco de la señora Luisa. 60 y tantos años y el cansancio en su cara cobra un rol principal. En su pequeño local existe de todo que tenga que ver con la lectura, pero las revistas dedicadas al rubro automotriz  y el diario La Cuarta, son los más cotizados por los clientes habituales.


 Su cuerpo ya está agotado y se nota en el tazón de hierbas que toma insaciablemente, según ella para el ánimo. El nivel de adrenalina y de ruido que se vive constantemente en 10 de julio no es algo que le guste. Usa tapones en sus oídos por mientras a un costado de ella, un auto con la canción “La niña” del grupo de bachata Aventura suena fuerte. “Llevo muchos años aquí, y creo que este ambiente automotriz ya me está cansando, por mi salud debo parar”, dice.